Día 3 de julio.-
En la Casa Comunitaria Peruchito se organizó
la Exposición de Arte “Chapitas”, de Valentina Álvarez.
Durante la exposición, la artista interactuó con los niños de la comunidad, que recogieron
entusiasmados algunas latas de refresco para recortar figuras con ellas.
La muestra representaba diversos motivos
religiosos: 3 de tamaño 30x40 cm2, 12 en tamaño 12x20 cm2; las primeras
enmarcadas con recortes de latas de refresco, y las otras con marco de chapita
aplastada.
La mayor parte de las imágenes recogían
motivos de murales fijos o rodantes. Una de las imágenes era de Nuestra Señora
de Guadalupe; otra tomada de un icono de
la iglesia de Pueblo Nuevo, en Paraguaná; el resto de imágenes fotografiadas de
los buses que recorren la ciudad de Caracas.
Los niños contemplaban la muestra de imágenes
con admiración y entusiasmo.
Sobre la obra de Valentina, ver el enlace:
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La Exposición Apariciones se presentó poco después en el Museo de Arte Sacro de
Caracas. Para esa ocasión escribí el texto que sigue:
Aparición es una palabra religiosa y
poética. Expresa tanto la fuerza del deseo humano de lo absoluto como la
otredad que nos constituye, desveladora de futuro. Aparición indica
encuentro. Cada encuentro – aparición se inscribe en una dinámica de búsqueda y
apertura a la gratuidad. La experiencia de ver a la Santa traspasa la frontera
de lo humano. Toda aparición es siempre un modo de ver inédito. Por esto
último, por su modo de ver, los artistas se nos revelan de algún modo como
iluminados, como sujetos de apariciones.
Encontrar a Santa María en la ciudad acontece
como experiencia mística; relatarla, hacerla arte, es una palabra poética. En
el proceso creador se persigue la experiencia, se busca con impaciencia,
carretera a carretera, bus a bus, y con frecuencia nada acontece. Cuando menos
se espera ahí está, se aparece, con su luminosidad. A días de búsqueda
infructuosa le suceden días de encuentro no planificado. Mística y poesía se
besan; y es que con frecuencia anduvieron juntas: así en Teresa de Ávila o en
Juan de la Cruz. Lo novedoso es encontrarlas en estos espacios y en estos
tiempos nuestros.
Busco tu silueta
Oculta en la ciudad
Tan lejos y tan cerca, velada o revelada
Juegas a esconderte
Para luego mostrarte irreverente
Es así que te me das
En la sorpresa sagrada de lo cotidiano
En el verbo inefable de lo pequeño
En las veredas abruptas del pueblo....
Los nombres de las “Santamarías” de la
iconografía cristiana tradicional son metamorfoseados desde la vivencia
concreta de cada aparición. Coromoto es vivida como la Virgen de Chacaíto, o la
Virgen de El Tambor; la Del Valle, al ser la primera de esta serie, se
transformó en la Del carrito por Puesto; la Del Carmen se aparece como la
Virgen de Maripérez o la de Los Caobos; el Inmaculado Corazón de María será la
de Los Dos Caminos; la Rosa Mística aparece como Virgen de La María Lionza o la
de El Parque del Este; y así sucesivamente...
Las apariciones introducen lo sagrado en el
ámbito de lo cotidiano; y ocurren con frecuencia al margen y en oposición al
lugar oficial de culto. Si el templo ha sido el espacio privilegiado de lo
sagrado, sucede que con la aparición la calle se torna su ámbito.
Alcohol y vírgenes, chapitas y religión,
profanidad y sacralidad, deshechos y arte, son los ámbitos que se solapan en
esta singular propuesta estética de Valentina Álvarez. La aureola que enmarca
la figura sagrada numinosa queda sustituida por las más comunes chapitas.
Algunas de estas obras fueron expuestas por
vez primera a los vecinos de la comunidad El Cristo, en La Macarena Sur, Los
Teques (3-7-2005).
Emilia manifestaba su asombro: ¡son chapitas
de cerveza! Juana expresa lo obvio con nitidez: “No creía que con chapitas se
podían hacer cosas tan bellas”.
Demasiados dualismos distorsionen nuestras imágenes
de la realidad, y estamos acostumbrados a ellos, en arte y en religión. Sin
embargo, la vida es unidad: no es seccionable, aunque el discurso lo sea.
Lo sagrado sabe a arepa y a budare
Insignificante santidad
Aureolada
De la chapita infantil del gurrufío
O del beisbol de los pobres
Se sugiere, de ñapa, una propuesta ética. Al
decir de Valverde –coyunturalmente comprometido- “no hay estética sin ética”.
Si en todo arte asoma lo ético, aquí se trata de una ética incluyente. La
separación entre bien y mal no es tan trivial. No es tan evidente que las
chapitas sean símbolo del mal y las
“santas” del bien. Lo que una ética social hipócrita llama mal está más cerca
del bien de lo que se pretende. El bien y el mal están muy cerca. De ese modo
se abre una perspectiva crítica hacia quienes se han presentado como
sempiternos definidores del mal (tanto en lo político como en lo religioso).
La aparición de Santa María es aparición de
mujer. Cuerpo de mujer: rostro de mujer, ojos de mujer, manos de mujer. El
erotismo presente en el encuentro. En los ojos penetrantes. En la boca
seductora. Cuerpo de Madre: el manto que cobija, la mirada tierna, la mano que
sostiene o bendice, la expresión protectora. La relación con Santa María “aparecida”
ayuda a romper el sentimiento de abandono, a salir del miedo y la parálisis, a
exorcizarlos (Gebara- Bingemer, 1988). Ayuda a integrar los afectos en el Uno
Total.
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