Durante muchos años, y en relación
a la educación, no hubo en los territorios de las Quebradas ni maestra ni
escuela. Solo se conoce la excepción de la maestra Aurora, que daba clase en la
boca de la Quebrada El Ingenio. Los primeros testimonios acerca de ella los
recogí de Claudia Rojas, quien recordaba que sus hermanos mayores aprendieron a
leer y escribir con ella. Confirmó el testimonio la señora Pompeya, hija de
Gabino Mujica, quien recordaba cómo ella y sus hermanas recibieron clases de
esta maestra. En base a estos recuerdos, se puedo establecer una cronología
aproximada: esta maestra habría estado en la Quebrada el Ingenio entre los años
1945 y 1965. Los gobiernos de la época organizaron este sistema de maestras
rurales, enviando jóvenes con la Instrucción Primaria terminada, a los lugares
más apartados del país. Aurora que vivió en San Diego primero, y finalmente en
Los Teques, bajaba a la Quebrada a dar clases en una casita con patio, que las
familias habían dispuesto para ello.
En una entrevista casual con la
madre del cronista de los Teques César Gedler, y digo casual pues a quien visitaba
era al propio César por recomendación de la amiga Yurimia Boscán, pude completar
cierta información acerca de esta maestra Aurora. Se trata de Aurora Pérez, de
San Diego, nacida en torno a 1920. La señora Mercedes Lozada de Gedler, madre
de César, la recuerda como una mujer elegante y alta. Evoca además, cómo en
varias ocasiones se alojó en la casa de la familia Pérez en San Diego, cuando –en
su rol de maestra auxiliar- acompañaba circunstancialmente a su hermana Telma
Lozada de Izarra, quien ejercía como maestra en Cocorote, en una modalidad
similar a la de la maestra Aurora. Ambas hermanas Lozada se trasladaban a pie
desde Los Teques a San Diego, para su trabajo semanal como educadoras. Los
lunes partían, a las 4 am, para comenzar
las clases a las 10 am. Los sábados, a primera hora de la mañana, emprendían el
viaje de regreso a los Teques.
No tengo certeza de que esta
Aurora fuera la misma maestra que recuerda el Coplero de Guareguare, Margarito Aristiguieta,
cuando refiere su experiencia de aprendizajes iniciales a César Gedler, quien
recoge su testimonio de vida en un libro. Pero se sabe de la existencia de una
rústica escuela con bancos improvisados en el lugar de Guareguare. La maestra
Aurora es recordada más bien en la Quebrada El Ingenio, aunque ambos son
parajes cercanos.
La señora Mercedes Lozada
recuerda también que, años más tarde, la maestra Aurora residió en la calle Roscio
de Los Teques, aunque probablemente ya no ejercía como maestra.
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